| Lun, 30/10/2017 - 16:01
La actividad edificadora, más allá de la regulación, está adquiriendo el compromiso de ser cada vez más eficiente y obtener un mayor crecimiento económico con un menor impacto ambiental.
La construcción en Colombia inició la consolidación de prácticas eficientes y amigables con el medio ambiente, no solo para generar mayor valor a sus proyectos sino para cumplir con las metas a las que se comprometió el país en el COP 21, que tienen como objetivo mitigar el calentamiento global por cuenta de la reducción de los gases efecto invernadero (GEI) y con lo establecido en la Resolución 0549 de 2015 para el ahorro de agua y energía en edificaciones.
De acuerdo con cifras de la Agencia Internacional de Energía de la OCDE, las edificaciones consumen a nivel global el 35% de la energía y emiten el 15% del total de GEI. En el caso de Colombia, donde se construyen 22 millones de metros cuadrados al año, se evidencia un gran potencial para disminuir el consumo energético y la emisión de GEI.
“La cadena de valor de la construcción está en un proceso de transformación hacia la incorporación de la sostenibilidad en toda la actividad, buscamos articular a todos los actores y evidenciar que existen muchas oportunidades si su crecimiento económico es también un crecimiento sostenible en términos ambientales”, señala la presidente Ejecutiva de Camacol, Sandra Forero Ramírez.
Precisamente el próximo jueves 26 y viernes 27 de octubre se llevará a cabo Biocasa 2017: gestión eficiente de la energía y el agua para la construcción de ciudades sostenibles, evento que tendrá lugar en el auditorio de la Cámara de Comercio de Cali, donde expertos nacionales e internacionales darán a conocer estrategias y herramientas que permiten el desarrollo de edificaciones eficientes en el ahorro de agua y energía que se traduzca en menores consumos durante la operación de las edificaciones y así en menores costos por servicios públicos para el usuario final.
Para los actores de la cadena de valor de la actividad es importante conocer las iniciativas empresariales orientadas a prevenir, mitigar y compensar los posibles impactos ambientales que se desprenden de la actividad, a través de análisis de procesos de producción más limpios, construcción sostenible desde criterios de diseño y selección de materiales, compensación de huella, gestión y reutilización de residuos de construcción y demolición, entre otros.
Así mismo, se hace importante que conozcan herramientas y programas que soporten la transformación, en ese sentido, Biocasa contará con un espacio para presentar EDGE (Excellence in Design for Greater Efficiencies) que fue creado por la Corporación Financiera Internacional (IFC), parte del Grupo Banco Mundial, especialmente para países emergentes. Consta de un estándar, un sistema de modelación, y un proceso de certificación de diseño y construcción de nuevas edificaciones destinadas a vivienda, oficinas, hospitales, comercio y hoteles.
“Camacol como socio local del IFC para promover EDGE en Colombia, tiene como primera gran meta llevar la sostenibilidad al mercado de la vivienda, que al año licencia más de 17 millones de metros cuadrados. En este segmento esperamos que a través del programa EDGE de construcciones sostenibles certificadas, los colombianos dejen de pagar 2,6 billones de pesos en servicios públicos a 2023. Las 35.000 unidades de vivienda sostenible que nos hemos trazado como objetivo en 7 años, dejarán de emitir 540.000 toneladas de CO2 durante su ciclo de vida”, puntualiza Sandra Forero Ramírez.