| Mié, 01/08/2018 - 16:57
Desde el 2005, el Observatorio de Vivienda de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de los Andes analiza los criterios necesarios para evaluar los proyectos de vivienda.
Para comprar casa no basta que el espacio sea amplio, ventilado, funcional o con buenos materiales y acabados.
Según el Observatorio de Vivienda de la Facultad de Arquitectura y Diseño de Los Andes, la calidad incluye un cúmulo de factores que a menudo omitimos: la cercanía con el colegio, el banco, la oficina, la clínica o el cine; las zonas verdes, la circulación o el manejo de las basuras; los espacios que favorezcan la convivencia y el encuentro con los demás; la diversidad necesaria para promover una comunidad sana y la flexibilidad para que las viviendas respondan a las necesidades de diferentes usuarios.
El estudio del Observatorio agrupa estos factores en tres ámbitos, los cuales deberían ser revisados en el momento de decidir comprar una vivienda: la ciudad (escala urbana y de servicios), la escala intermedia (escala de vecindario) y la unidad de vivienda (escala habitacional).
El promedio histórico de alrededor de mil proyectos evaluados, apenas está por arriba del 50 % de cumplimiento, lo que plantea una discusión sobre qué hacer para subir la calidad de las viviendas que se construyen.
“Esto significa que hay carencia en cuanto al acceso y disponibilidad de servicios y equipamientos en rangos de distancias razonables; estamos generando vecindarios aislados de la ciudad que no construyen comunidad ni urbanidad, y las unidades de vivienda se diseñan pensando en un único tipo de usuario desconociendo la diversidad de personas, ocupaciones y relaciones, que exigen respuestas variadas y flexibles”, dice Diego Velandia Rayo, director del Observatorio de Vivienda.