| Lun, 27/02/2017 - 16:00
El emblemático rascacielos ubicado en Nueva York, es además, un símbolo de eficiencia energética y modelo de ahorro.
Desde hace varios años, gracias a la implementación de un plan de eficiencia energética, el Empire State Building ha logrado reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a 105.000 toneladas, lo que equivale a un 20 % menos, de acuerdo a lo expuesto por su expropietario, Anthony Malkin. Según el Congreso Mundial de Desarrollo Sostenible, los edificios son los responsables del 40 % del consumo de energía en Estados Unidos, cifra que asciende al 75 % en Nueva York.
El rascacielos, Empire State, fue construido en 1931 con un estilo art decó, de 102 pisos, lo que equivalen a 381 metros de altura, sin incluir su pináculo, además, cuenta con un mirador al aire libre en el piso 86, y actualmente, es el segundo más alto de la ciudad de Nueva York, superado en el 2012 por el One World Trade Center. Igualmente, fue el primer edificio en tener más de 100 pisos, y tiene 73 ascensores y 6.500 ventanas que han sido adaptadas para reducir el calor del verano.
Estas estrategias sostenibles, no solo evitan el uso del aire acondicionado y de la calefacción, sino que son uno de los principales retos a los que se enfrentan las metrópolis del mundo, teniendo en cuenta el número de personas, carros y edificaciones que están impactando al medio ambiente.